Había una vez un alcalde de San Angelo, Texas, una zona ovejera que renunció con una razón muy prudente: Está enamorado de un inmigrante indocumentado y se va a México con él. Tuvieron que irse, dijo, porque no podían permanecer juntos legalmente en Estados Unidos. "Ningun ciudadano de Estados Unidos debería verse frente a esta decisión", dijo el ex alcalde J.W. Lown. "Dejé una carrera política prometedora", afirmó. Su prominencia local y su fuga al otro lado de la frontera el día que debía prestar juramento para un cuarto período dejó a la gente boquiabierta, pero a la vez fue un ejemplo del dilema que enfrentan miles de estadounidenses -separarse o irse al exterior- porque no pueden obtener la residencia para su pareja, como lo hacen los cónyuges heterosexuales.
jueves, 11 de junio de 2009
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1 comentario:
:o mi tia vive ahi!
en san angelo
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