Resulta que en Kaluga, Rusia un guey llegó a una estética con su pistola para asaltar a la raza y todo iba bien hasta que Olga, una de las estilistas, se ofreció a darle la lana, pero con un movimiento de kung-fu lo sometió y lo amarró, dejándolo en la bodega trasera.
Después le dijo a la raza que siguieran trabajando, que ya le había hablado a la policía y que estuvieran tranquilos. Pero la policía nunca llegó y en la noche Olga esposó al tipo y le dijo "quítate la ropa interior".
La estilista amenazó a Viktor con denunciarlo si no le permitía hacer lo que ella quería. Le dio Viagra y se divirtió con el por 2 días seguidos. Cuando al fin fue liberado, el guey se fue al hospital para atenderse lesiones en los genitales y a la policía para denunciar la violación.
La mujer aseguró "Qué idiota. Sí, lo hicimos algunas veces, pero le compré un nuevo par de pantalones, lo alimenté, le di de beber y hasta algo de dinero cuando lo liberé". Luego fue a la policía para demandar a Viktor por asalto a mano armada. Esta pinche raza...
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